“El agua corría y dejaba la arena sin piedras, dejando sus lenguas de arena, nosotros nos metíamos con palos a cargar desde el agua, y podíamos estar un mes así”
Tengo 67 años y desde que estoy aquí hace ya cincuenta años, antes trabajaba de peoneta…
Me gusta trabajar aquí porque uno trabaja a la idea de uno no más, lo manda el puro camión, si quiere llena o no llena…
Uno gana aquí dependiendo del empeño de uno, pero hoy no he hecho ni dos metros, aquí me demoro mucho ud ve, se bota mucha piedra, a los otros viejos no les gusta trabajar con tanta piedra, dicen que trabajan mucho, pero qué le voy a hacer si no hay más!!…lo bueno es que esta es arena lavada, al del camión le gusta esta arena porque después de arnear este pedregal está limpiecita, ¿no ha notado que esas empresas que están en Con Con, las que sacan arena allá la alisan pa’ que no se caigan las construcciones?..
Antes pasaba cualquier camión, ¡qué había pega!!, no como ahora que está pará la cuestión, en la antigüedad ¡pucha! que pasaban los camiones, estábamos cargando uno, y llegaba el otro! Nosotros teníamos cuadrillas de cuatro, hacíamos más de veinte vueltas diarias arneadas, cargando en el agua, ¿no ve que antes no había hoyos como ahora? El agua corría y dejaba la arena sin piedras, dejando sus lenguas de arena, nosotros nos metíamos con palos a cargar desde el agua, y podíamos estar un mes así, mientras los otros cargaban por afuera en calicheras…se reventaba uno, no daba que hacer con los camiones, ¡ahora no pasa nada!…a lo mejor la gente que hace el concreto le quita la pega a uno, las plantas que hacen el concreto, ¿no ve que ahora el concreto viene hecho? A hora las obras piden el concreto todo hecho…
Antes, nadie se robaba el material, ahora incluso las camionetas entran y se roban el material que uno no vende, en el puente allá estuve arreando como dos días, sacando arena del agua, cuando después voy a ver la arena, ya no estaba más, es repenca que a uno le roben el trabajo…
.Pa’ allá pal’ Volcán teníamos todo arrendado nosotros, vendíamos arena, y cuando no había arena, íbamos a lavar oro, salían pedacitos de la circa levantada, y en invierno subía el agua y habían pedazos vírgenes, era cosa de probar con la chaya y lavábamos como en zunchos, poníamos zunchos como una canal y un trapo, y en esos zunchos se agarraba el oro, ¿no ve que el oro busca el fondo? en cualquier calado se queda metido, lo mismo que en la circa, le tira agua y se mete en las casitas, no sale de ahí, pero se veía como collarcitos en las grietas, con la pala le tirábamos agua y se veía el oro, es bonito ese trabajo, pero dando oro, cuando no da oro aburre!!
Me acuerdo que un día andábamos en el rincón de la quebrada, y le había tirado todo el día a la canal y no se veía nada! ¡Ahh me dije, voy a ir a chayar ! como sabía que el orito estaba pintando adentro, y me pongo a chayar un pedacito medio blanco, oscureciéndose ya, y planto una chayá: una de setecientos miligramos, ¡pucha estaba recontento!! Y era platita en ese tiempo setecientos, tenia pa’ comer con esa plata uno! Y aquí, cualquiera que tuviera una pinta, si lo veía que tenía la pinta, llegaba y se le metía a cortarlo por el otro lado, así era la ambición del oro….
¿En ese tiempo se acuerda que estaba el golpe? El oro había que ir a venderlo pa’ callado, allá pal alto tenía uno que andar buscándolos para venderlo…llevaba sus 15, sus 20 gramos uno, los contaba, ¡antes había más oro!! Cuando estuvo la fiebre del oro allá arriba, ENAMI les descarpaba a las cuadrillas, y le vendían el oro a la misma ENAMI, se juntaban en la puerta, una puerta que teníamos allá en el sindicato de areneros, y habían cuadrillas de 60 personas sacando oro, sacaban su kilo, dos kilos…
Cuando estaba mi taita, me mandaba de chico a la leña, incluso la leña la íbamos a buscar pa adentro de Las Palmas, en la noche, porque estaba prohibido sacar la leña, y como era fundo había que respetarlo, pero nosotros igual le sacábamos la leña seca y la traíamos en un puro burro cargado, y al otro día la íbamos a vender con todo el sueño, me acuerdo que iba a pata pelá, yo cortaba la leña, mi taita le hacía el fuego para que viera en la noche, para picar la leña porque había que traerla así, se enojaban los huasos, nos echaban….
…..mi hermano mayor me llevaba a la escuela, y a veces me llevaba mugriento, mi hermano estaba en cuarto y le reclamaban a él porque no me lavaba los pies, llevaba las patas piñiñientas, y nos devolvíamos a la casa, y no estudié ná poh!!…después se da cuenta uno que le hacen falta todas esas cosas, mi taita tampoco sabía, no sabía nada, lo único que hacía era vender la leña, nos llevaba a la leña de noche a pata pelá, y en el verano trabajaba en la obra de ladrillo, incluso pasábamos hasta hambre nosotros, yo por lo menos he tenido cabros siendo ignorante así, pero los cabros míos no pasaban hambre, ellos siempre tenían pa’ comer, me hacía recagar! trabajaba en cualquier cuestión…
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